17 y 18 de marzo de 2007
Sábado 17 de marzo. Nos dirigíamos
a Pamplona. Eran las seis de la madrugada y todo el mundo tenía
bastante sueño. Antes de llegar a Pamplona, teníamos
previsto hacer una “pequeña” ruta, en la
que tendríamos que subir una montaña. En la cima
se encontraba una ermita. El pueblo donde se encontraba la montaña,
llamada Montejurra, era Irache, un pequeño pueblo navarro,
en el que había una iglesia que visitaríamos.
La iglesia pertenecía a dos estilos, románico
y gótico, que se podían apreciar gracias a sus
bóvedas. En el pueblo se encontraba la famosa fuente
del vino. Comimos y nos fuimos de aquel maravilloso pueblo.
Nos dirigimos a Estella. Visitamos el monasterio que se encontraba
en lo más alto del pueblo, seguidamente nos dirigimos
a otra iglesia en la que también se podía apreciar
los dos estilos nombrados anteriormente. Y por fin nos dirigimos
a Pamplona. Lugar en el que “dormiríamos”,
o mejor dicho, pasaríamos la noche. Al día siguiente
visitamos ligeramente el centro y una vez visto nos pusimos
rumbo a otro pueblo. Cuando llegamos, visitamos solamente un
castillo, que más que un castillo parecía un laberinto.
Lo vimos y nos marchamos a otro pueblo en el que comimos. De
postre marchamos hacia un lugar en el que se podían apreciar
unas huellas de dinosaurios, las vimos y nos pusimos rumbo hacia
Aranda.